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Así me afecta la nueva fiscalidad si tengo un plan de pensiones

Empeoran las desgravaciones para los individuales, a costa de los planes de empresa

Planes de pensiones
Belen Trincado / Cinco Días

El Gobierno quiere reformar de arriba a abajo los instrumentos de ahorro para la jubilación: planes de pensiones y su equivalente en seguros, los planes de previsión asegurados (PPA), que tienen la misma regulación. El Ejecutivo pretende modificar el régimen de desgravaciones fiscales de estos productos, de modo que se primen los planes de pensiones colectivos (pactados, hasta ahora, en el seno de grandes empresas y Administraciones Públicas), al tiempo que empeora el régimen tributario de los planes de pensiones individuales.

Hasta ahora, cualquier persona podía aportar hasta 8.000 euros al año en un plan de pensiones y descontarse ese importe de la base imponible del Impuesto de la Renta (IRPF). Para los contribuyentes con altos ingresos, estas aportaciones podían aliviar mucho la factura fiscal porque esa desgravación iba directamente al marginal, que llega a superar el 45%. Así, el ahorro de impuestos podía superar los 3.600 euros anuales. Y en los 8.000 euros de beneficio fiscal a las aportaciones quedaba incluida la que se realizase al plan de pensiones de empresa.

Según los Presupuestos presentados esta semana, el incentivo fiscal para ahorrar en planes de pensiones individuales se reduce de forma drástica, de 8.000 a 2.000 euros. A cambio, se eleva el límite conjunto para aportar a un plan individual y uno de empresa a los 10.000 euros. Así, para exprimir al máximo el beneficio fiscal en 2021 habría que aportar 2.000 euros al plan privado y otros 8.000 euros al plan de empresa. Aunque la bajada del tope de aportación a un plan individual es muy destacada, lo cierto es que la mayoría de quienes lo tienen nunca llegan a superar los 2.000 euros de aportación anual.

Así, el punto ciego de la actual tributación de los planes de pensiones es que son más beneficiosos para las rentas altas que para las bajas. Según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), el 37% de los beneficiarios de las desgravaciones de planes de pensiones pertenece al 10% de los contribuyentes con más rentas.

El problema surgirá para quienes desean seguir ahorrando para la jubilación en su plan de pensiones y no cuentan con uno de empresa. Mientras no dispongan de esa opción, este cambio fiscal va a obligar por tanto a los ahorradores a diversificar los instrumentos de inversión de cara a su jubilación y a las gestoras, a mejorar el atractivo de los planes de pensiones, a menudo poco rentables y con comisiones demasiado elevadas en proporción a sus resultados.

“El problema de los planes de pensiones está en que la gran parte del ahorro está en planes muy grandes y muy poco rentables”, asegura Paula Satrústegui, socia de asesoramiento patrimonial de Abante. Los fondos de inversión son una clara alternativa y cuentan con una fiscalidad nada desdeñable. Permiten el traspaso de un vehículo a otro sin tributar por las plusvalías latentes y en el momento del reembolso, el gravamen no es el de las rentas del trabajo, como sucede en los planes de pensiones, sino el del ahorro, que va del 19% al 23%. Y al 26% para la ganancia que exceda de 200.000 euros ya en 2021.

El cambio en la fiscalidad de los planes de pensiones también va a influir en la planificación financiera de las herencias. A menudo, y en especial para las rentas más elevadas, el plan de pensiones es una fórmula con la que dejar en herencia un patrimonio financiero, ya que el beneficiario del plan al fallecimiento del titular no tributará por el impuesto de sucesiones. Lo hará a su tipo marginal cuando rescate el plan. Además, si el titular de un plan de pensiones privado sigue haciendo aportaciones al plan –con su consiguiente beneficio fiscal– una vez jubilado, ese dinero ya no será para él sino para sus herederos.

El alza del tipo máximo para las rentas más altas también será otro elemento importante a la hora de decidir el rescate del plan de pensiones. Las prestaciones tributan al tipo marginal, que en 2021 subiría al 47% para las rentas superiores a los 300.000 euros. Y aunque el rescate del plan suele realizarse cuando el partícipe ya se ha jubilado y por tanto su marginal es menor y se ha alejado del máximo, quizá sea conveniente adelantar a este año el cobro. En especial si se tienen ya otras rentas como pueden ser rendimientos del alquiler.

Sí se mantiene el beneficio fiscal de la reducción del 40% para los rescates en forma de capital para lo correspondiente a lo aportado hasta el 31 de diciembre de 2006. Tal beneficio fiscal solo puede aplicarse si el plan se rescata en el año de la jubilación o en los dos siguientes, con lo que quien se jubile en 2020, deberá sopesar si rescata ya este año el plan, no solo para aprovechar esa reducción del 40%, sino para pagar menos impuestos si su renta supera los 300.000 euros.